jueves, 10 de octubre de 2013

INICIAN CAMPAÑA DE RECOLECCIÓN DE BATERÍAS EN ESCUELAS




MEXICALI, B. C., JUEVES 10 DE OCTUBRE DE 2013.- Con el propósito de contribuir a educar a los estudiantes en el cuidado del medio ambiente de su entorno, el Sistema Educativo Estatal puso en marcha la Campaña “Ponte las pilas. Unidos a favor del medio ambiente”, con la que busca recopilar pilas en desuso y evitar que sean desechadas en la basura y causen contaminación.

La campaña comenzó en la escuela primaria Simón Bolívar, donde Virgilia González, representante de la Coordinación Educativa de la Delegación del SEE en Mexicali, entregó trípticos, poster, lonas cartoncillos promocional y recipientes para el acopio de pilas.

Virgilia González explicó que esta campaña forma parte del Programa Permanente de Acopio de Pilas, que la Secretaría de Protección al Ambiente del Gobierno del Estado realiza para preservar la salud ambiental de los bajacalifornianos y apuntó que la escuela es un lugar propicio para generar una cultura de respeto por el medio ambiente y de conciencia en los alumnos para conocer qué objetos son contaminantes y qué pueden hacer ellos y sus familias para  disminuir ese riesgo para la salud.

Además de la escuela primaria Simón Bolívar, existirán  otros 10 centros de acopio en Mexicali, repartidos por nivel educativo en dos escuelas de educación especial, dos primarias, cuatro secundarias y dos preescolares.

En su turno, Adolfo López Ortiz, coordinador Municipal del Programa Educación Ambiental y Ecología, de la Delegación del SEE, informó que empresas especializadas que trabajan con Protección al Ambiente recogerán el material depositado. Dijo que se estima que en el país, cada año se fabrican alrededor de 8 millones de pilas y se desechan más de 2 millones, cantidad que tiene la capacidad de contaminar hasta 600 mil litros de agua.

De acuerdo con la información del folleto repartido a los alumnos, en el interior de las pilas hay distintos metales pesados, según el tipo de pila, y ácidos que son nocivos para el ser humano y el ambiente, pero durante su uso no plantean riesgos dado que la cápsula aísla su interior del medio.

Sin embargo, con el paso del tiempo, factores ambientales como la humedad o el sol deterioran la cápsula hasta que se rompe liberando las sustancias químicas como níquel, que destruye los tejidos nasales; mercurio que causa daños en el cerebro, riñones y actividad motora; y cadmio, calificado como cancerígeno y causante de trastornos en el aparto digestivo.

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